Ella no lo esperaba. Él apareció, como de otro mundo. Y supo que lo amaba.
Pero las circunstancias la atan. Su marido, sus hijos… En cuatro días volvería a casa. Tendría que concentrar su vida en 92 horas.
Él le propuso que lo dejara todo y se fueran. Su corazón lo haría sin dudarlo. Su cabeza no. Su realidad la retenía.
«Pero esta clase de certeza sólo se presenta una vez e la vida», él de diría. Y ella supo que era cierto.
Siguiendo el dilema moral que propone la película Los puentes de Madison, hablamos del amor con José Manuel Alvarez, director de Mundo Doblaje, y Antonio Martínez, abogado y amante del cine.