No sólo con el corazón se ama. También con el cerebro. El enamoramiento desata una serie de cambios en tantos aspectos de nuestra vida que parece lógico pensar que nuestras neuronas no se salvan.
Alejandro Amor nos habla de los efectos del enamoramiento en el cerebro y lo enlaza con una de las terapias que domina: la craneosacral. Por su parte, Hugo Angeli, economista y experto en astroanálisis, nos aporta ideas para que la cabeza no se pelee con el corazón.
Todos perdemos la cabeza cuando nos enamoramos, claro está. Pero el equilibrio es la clave.
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