No. Dialogar no es hablar. Ni discutir, ni negociar, como bien dice el maestro Ángel Lafuente. Dialogar es otra cosa.
Una vez que sabemos lo que no es, fijemos nuestra atención en lo que es.
La RAE lo define de la siguiente manera:
Del lat. dialŏgus, y este del gr. διάλογος diálogos.
1. m. Plática entre dos o más personas, que alternativamente manifiestan sus ideas o afectos.
2. m. Obra literaria, en prosa o en verso, en que se finge una plática o controversia entre dos o más personajes.
3. m. Discusión o trato en busca de avenencia.
Tomemos, por tanto, la primera acepción y llevémosla a la relación de pareja. Uno de los miembros tiene algo que decir, pero el otro se encastilla en su posición. No atiende a razones. ¿Es posible el diálogo cuando uno de los dos miembros no está por la labor?
Patricia López, responsable de Unicis Madrid, nos aporta más información sobre lo que nos atrae de la otra persona cuando buscamos pareja. En esta ocasión nos centramos en las personas de entre 45 a 60 años. Además, junto con Chema Lobo, hablamos sobre la presencia o ausencia de diálogo en pareja.
¿Y a ti? ¿Qué te atrae de la otra persona? ¿Sabes dialogar? ¿Dialogas de verdad?